Una señal para hacer tú mismo y que te traiga buenos recuerdos de los lugares visitados o por visitar… (vía: blog Rosa Clará)
La playa, ese lugar tan sugerente donde recargamos el cuerpo y espíritu para la rentrée o el comienzo del nuevo curso escolar/laboral… Me encantan las ideas de decoración (efímera) para el verano, y si son de reciclaje o DIY, o me recuerdan al estilo náutico, tanto mejor.
Por ejemplo, esta señalización tan rústica y marinera: me dan ganas de hacerme una similar para mi diminuto jardín, aunque en mi caso tendría que sobreescribir «A la piscina, 20 metros», «A la cocina, 6 m», «A la entrada, 12 m», «Al avituallamiento de bebidas y snacks, 3 m»…
¿A dónde te conducen tus pasos este verano…? A mi, a la playa, sin duda…
Todavía no me he ido de vacaciones a la playa. Por eso, al recibir en el correo electrónico las primeras notas de prensa anunciando decoración para la Navidad, se me han puesto los pelos como escarpias. Esto me recuerda a, cuando de niña, en agosto, en la indolencia de la siesta y la peli de sobremesa de turno, aparecía sin previo aviso la vuelta al cole de El Corte Inglés… ¡Horror! Tres meses de vacaciones, nueve de curso, y a medio verano ya la espada de Damocles sobre el cogote…
Una hamaca, un atardecer, un mojito… ¡La magia de esos momentos en la playa! (vía: Hammock)
Quizá debería estar acostumbrada a ese jet-lag periodístico de las revistas, con los temas sobre la mesa de la redacción tres meses antes de que se publiquen, si no más… Tanto tiempo que cuando por fin los ves sobre el papel, te parecen hasta antiguos… ¡Menudo desenfreno de vida!
El blog es diferente: se saborea más el momento… Por ejemplo, hoy siento nostalgia de la playa garruchera, pues, zas, post sobre tema playero… ¡Espero que estéis en la misma onda que yo, ansiando las vacaciones o suspirando por las que acaban de pasar…!